Como cada año en la temporada de otoño e invierno, la gripe hace su aparición. Esta se muestra especialmente virulenta con las personas mayores y con problemas respiratorios. Te contamos cómo protegerla de ella, reconocer los síntomas y superarla.
La gripe es una compañera indeseada pero muy frecuente cuando el frío llega. Los últimos meses del año, así como los primeros, se llenan de personas con mascarillas, colas de vacunación, y pañuelos y antipiréticos.
La gripe en personas mayores: Una afección poco grave que puede traer complicaciones
En el caso de las personas mayores y con deficiencias en la salud, esta afección en principio poco grave puede provocar complicaciones. Hay que tener en cuenta que personas mayores pueden usar medicamentos que pueden afectar o tener su sistema inmunológico más débil. Por ello es fundamental conocer sus síntomas y los tratamientos más eficaces.
Hay que tener en cuenta que, además de la fiebre y el malestar general normal de esta afección, en el caso de las personas mayores y con el sistema inmunológico debilitado, pueden producirse complicaciones en el aparato respiratorio e incluso cardiovasculares. Por eso es fundamental, en primer lugar, la vacunación y, en caso de notar malestar y posibles síntomas, identificarlos y tratarlos de forma correcta.
Las medidas preventivas, la clave para prevenir la gripe
A continuación, te detallamos algunas medidas que pueden ayudar a protegerte y a proteger a los tuyos:
- Vida sana. Si mantienes unos hábitos de vida saludables, se incrementan tus defensas. Estamos hablando de hacer ejercicio, de descansar de forma adecuada y de mantener una dieta rica sobre todo en vitaminas.
- Higiene. Gestos tan cotidianos como cubrirse la boca y la nariz al toser y estornudar, usar pañuelos de papel o lavarse frecuentemente las manos con jabón o gel hidroalcohólico pueden ayudar mucho a prevenir.
- Relacionado con esto, es necesario ventilar bien las estancias y mantener unas temperaturas normales, sin excesos y sin corrientes de aire.
- Lo anterior incluye mantener una distancia prudencial con las personas enfermas y evitar las aglomeraciones.
- No obstante, está demostrado que la principal medida preventiva es la vacunación anual. Cada temporada, las autoridades sanitarias determinan qué tipo de gripe será la mayoritaria y establecen el programa de vacunación.
Importante: hay que tener en cuenta que una gripe no es un resfriado. Este se manifiesta de forma más leve, con congestión nasal, estornudos y molestias leves en la garganta. Por su parte, la gripe, provocada por el virus influenza, aparece de forma súbita con fiebre alta, escalofríos, dolores musculares, debilidad intensa y tos seca persistente.
Muy pendientes de los síntomas en las personas mayores
Normalmente la gripe se caracteriza por fiebre, tos o malestar general, entre otros síntomas. Cada persona es un mundo, y si tiene un sistema inmunológico debilitado, peor. Entre ellos destacan un cansancio extremo, dolores articulares o musculares, dificultad en la respiración y deshidratación. Además, se pueden agravar otras enfermedades previas.
Esto es importante porque, en el caso de las personas mayores, si hablamos de gripe A, algunas cepas, como el H1N1 o H3N2, pueden provocar cuadros clínicos más graves. Por su parte, la B también puede afectar a la tercera edad, aunque es menos agresivo. De todos modos, puede derivar en bronquitis, neumonía, entre otras.
Reposo y seguir las indicaciones médicas
Una vez contraído un proceso gripal, sobre todo en el caso de las personas mayores, es importante:
- Mantener reposo.
- Hidratarse
- Controlar la temperatura, así como los distintos síntomas.
- Ventilar bien los espacios e higienizar.